Cuatro años, han pasado tantas cosas en este tiempo que no sabría por donde empezar para ponerte al día, querido blog, que quizá nunca lea nadie. Bueno sí sé por donde empezar, por un: ahora vivo en Canarias, y llevo ya dos años y medio en el pequeño paraíso que es está isla, Gran Canaria, para mí. Porque están siendo unos años de reencontrarme conmigo misma, con el amor, con la amistad, con la belleza diaria de este mar, esta luz, este lugar de colores intensos, proclive a los arcoiris...o eso me parece a mí.
Reencuentro con mi activismo, esta vez en Gamá, un colectivo al que adoro, porque adoro a sus gentes y ese activismo cuidado y paciente, que se practica aquí y en el que tan cómoda y feliz me siento. Y además es mi lugar de trabajo. Esa suerte tengo, que trabajo en casa, con la familia.
Más cositas han pasado en estos tiempos, acabé la carrera. Soy Trabajadora Social, y que bien suena poder decirlo por fin.
Mucha gente pasó por mi vida en estos cuatro años y mucha se fue yendo, y otras muchas aparecieron para quedarse, y aferrarse a mi día a día con tal fuerza que espero no se vayan nunca, una familia elegida que he encontrado, y que prometo cuidar con mimo, cariño y mucho respeto, como las plantas que he aprendido a cuidar, otra novedad en mi vida, las plantas que no se mueren. Cuando vivía en Madrid no fui capaz de mantener con vida a ni una sola, ahora tengo cinco plantas, vivas y creciendo. Debe ser la tierra, el clima y lo grato de este sitio.
Cierro por hoy y espero que no tenga que esperar cuatro años más para volver a escribir y me despido con una foto del viaje que me trajo a esta tierra, saliendo de Portimao con la casa metida en el coche, el coche en un barco y nosotras cargadas de sueños a vivir la vida a nuestro nuevo rincón en el mundo.
